Con más empresas emergentes y profesionales de la tecnología per cápita que cualquier otro país, no hay duda de que Israel es un centro de innovación en ciber-tecnología en auge. Pero, ¿cómo un país con una población aproximadamente igual a la de la ciudad de Nueva York -y un presupuesto limitado- logra competir con Estados Unidos en inversión en ciberseguridad? Hay cuatro ingredientes en la receta del éxito de Israel que pueden ayudar a responder esta pregunta:
1. Presión para el desarrollo
El estado israelí establecido en 1948 bajo condiciones políticas adversas, es un país pequeño con recursos limitados y una historia turbulenta. La prolongada inestabilidad del país ha puesto en el primer lugar de su agenda el desarrollo de tecnología militar superior y lo ha empujado a sobresalir con escasos recursos. Desafortunadamente, la guerra ha sido el principal motor de Israel. Pero ahora, este impulso para sobresalir e innovar está dando sus frutos en otros sectores de la sociedad, además del militar, obteniendo altas calificaciones del foro económico mundial en su último Informe de Competitividad Global para el riesgo empresarial y el crecimiento de empresas innovadoras, siendo por excelencia la nación del “startup”.
2. Pensamiento Innovador
En 2010, el primer ministro Benjamín Netanyahu solicitó al profesor Isaac Ben-Israel que elaborara un plan de 5 años para abordar las ciberamenazas nacionales. El profesor, entendiendo que era imposible predecir cinco años de ciber desarrollos, propuso unir al gobierno (incluido el ejército), empresas y universidades para colaborar en este desafío. Esto, pensó, crearía un ecosistema que “sabrá qué hacer cuando lleguen amenazas imprevistas” [Forbes].
Tradicionalmente, el enfoque global de la ciberseguridad ha sido reactivo y segmentado, con unidades especializadas que actúan de forma independiente para identificar atacantes potenciales y abordar diferentes desafíos. El enfoque de Israel, en cambio, es proactivo, interdisciplinario y orientado a largo plazo. Como sugiere la respuesta del profesor, no pretenden hacer frente a una amenaza. Su objetivo es hacer frente a la imprevisibilidad de las amenazas.
3. Educación interdisciplinaria
Aunque la ciberseguridad requiere soluciones tecnológicas, sus problemas no son de naturaleza tecnológica, explica Ben-Israel. Se necesitan perspectivas diversas y un enfoque interdisciplinario para dar cuenta de los diferentes dominios de las amenazas: legal, psicológico, sociológico y económico.
Un ejemplo de diversidad es la propia población de las Fuerzas de Defensa Israelitas (FDI), con un flujo regular de reclutas de todos los rincones del país que se unen para colaborar en la lucha contra los desafíos militares. Sus perspectivas distintivas generan soluciones innovadoras y son activos valiosos. Aún más valioso si se considera que la ciberseguridad está en el radar de los israelíes desde una edad temprana.
Israel fue el primer país del mundo en ofrecer ciberseguridad como materia optativa en la escuela secundaria, justo cuando los estudiantes están siendo evaluados para su servicio militar obligatorio. Y cuando llega el momento de elegir un título académico, la ciberseguridad sigue siendo una opción: las universidades israelíes son pioneras en los programas de ciberseguridad como disciplinas independientes, no como una asignatura de informática.
El estricto régimen de las FDI de fomentar el talento joven, combinado con la inversión del gobierno en la educación en ciberseguridad, rinde frutos para el Estado de Israel: es posible que nunca tengan que preocuparse por escasez de talento en ciberseguridad, algo que es una preocupación en el resto del mundo.
4. Responsabilidad con libertad
Adicional a la experiencia y educación, deben existir más razones por las que los israelíes convirtieron a su país en una nación “startup” y en un líder mundial en ciberseguridad. Una posible hipótesis sería: la responsabilidad repentina de trabajar en el ejército, junto con una enorme libertad para innovar, dan como resultado empresarios confiados.
En palabras de Richard Behar, “Forbes estima que la unidad 8200 (unidad perteneciente a los Cuerpos de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel cuya misión es la captación de señales de inteligencia y descifrado de códigos) tiene aproximadamente 5,000 personas asignadas, todas con el mandato de usar la última tecnología, a menudo en situaciones de vida o muerte y sorprendentemente requieren de poca orientación en la implementación de la misma”.
Se podría argumentar que es peligroso e irresponsable poner demasiada responsabilidad militar en manos de personas tan jóvenes que, en otros países, ni siquiera tienen permitido beber alcohol. Los israelíes saben que esto es lo que construye su confianza para llevar sus ideas innovadoras, experiencia y educación al mundo empresarial.
Gil Press, colaborador de Forbes, explica que “los jóvenes que prestan servicios en 8200 y unidades similares de las FDI experimentan desafíos – soluciones de ciberseguridad de vanguardia y de la vida real. Pero a medida que estas unidades funcionan como “startups”, también pueden experimentar el trabajo en equipo, liderar a otras personas, tener la responsabilidad de tomar decisiones importantes y sobrevivir al fracaso, toda una gran preparación para la vida empresarial“.
Al priorizar la seguridad y con ingredientes como innovación, educación en ciberseguridad, experiencia en inteligencia militar y la confianza en sus capacidades empresariales, Israel ha elaborado su propia receta para convertirse en la nación “startup” y líder en ciberseguridad. Su población puede ser aproximadamente la misma que la de la ciudad de Nueva York, pero en términos de innovación, tecnología y competitividad… Israel es enorme y está en aumento.
Fuentes: Paula Magal (Distillery)– Miguel Torres (Nektgroup)